miércoles, 2 de marzo de 2016

Varadero, Cuba (2) - Mis Abuelos en Cuba

Aunque viajé solita, por suerte encontré a algunas personas buenas. Primero Luis y Marta, los dueños de la casa donde me quedé en la Havana; después Yaile, la chica cubana que conocí en la tienda de Etecsa en Cienfuegos (me dijo que me habló porque vio que me veía melancólica , como si necesitara a alguien para conversar jajaja); Pablo, un chico colombiano que se parecía mucho a Juanes, y su familia, que compartieron un colectivo conmigo para ir de Trinidad a Varadero.

Los días en Varadero fueron de completa soledad porque la mayoría de tiempo me quedé en casa por culpa de la lluvia y el frío, entonces no pude salir y conocer gente. Los dueños de la casa, Miguel y su esposa (no pude escuchar bien su nombre ninguna vez :/ ), me dieron un sentimiento de familia.

Los precios en Varadero son mucho más altos que otras ciudades por los impuestos, entonces los hospedajes también  son más caros. Por ejemplo la casa de Miguel cuesta 35 cuc por noche. Yo pedí un descuento y su esposa lo permitió sin problema. Me caían muy bien, ellos fueron muy cariñosos conmigo, tanto así que la señora le dijo a otras personas que yo era su nieta!

Durante los días en Varadero realmente me trataron como su nieta. La primera noche, había mucha lluvia, y aunque tenía mucha hambre, no iba a salir para comer porque todavía no conocía mucho la ciudad y con la lluvia a lo mejor me podía perder. Como ellos se dieron cuenta que todavía no había comido y además de que les explique la razón, la señora dijo :"Como podrías dormir sin comer?! Deja que Miguel te lleve a una cafeteria!" Luego Miguel me llevó a la cafeteria y me prestó un paraguas.

Como dije antes, me faltaba plata cuando estaba en Varadero, entonces decidí no desayunar el último día en la casa e iba comer algo más barato afuera. Normalmente en las casas particulares en Cuba se debe avisar a los dueños a qué hora se va a desayunar el día siguiente, entonces el día antes les dije a ellos que no iba a desayunar porque en verdad no me quedaba plata. La señora me dijo :"No te preocupes! El desayuno mañana será gratis para ti! Y con chocolate caliente! (Les dije a ellos antes que me gustaba tomar chocolate)". Me conmovieron mucho y di las gracias. Ella dijo con alegría : "Para que yo sea tu abuela!"

Miguel fue un hombre muy tranquilo, no hablaba mucho, pero también  fue muy cariñoso. De hecho me acordaba de mi abuelo que murió hace dos años. Aunque no hablaba mucho, el prestaba mucha atención cuando yo le hablaba de cómo estuvo mi día a su señora, él paraba su trabajo para escucharme. Un abuelo silencioso, trabajador y cariñoso, en verdad como el abuelo Santiago en El Viejo Y El Mar. 



La última noche, me dieron unos libros en español porque les había dicho que a mi me gustaba leer. Y escribieron una nota dentro:





Los Libros que me regalaron 





                                           


Hace más de un mes que ya regrese de Cuba y todavía me acuerdo de ellos. No sé si ellos me recordaran también ? Talvez les debería enviar una postal pronto!



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